Es la capacidad del individuo de apropiarse del espacio que le rodea a partir de la organización de su propio cuerpo llevándolo a cabo de manera progresiva mediante su vivencia motriz en que se objetivizan sus percepciones al adquirir una significación espacio-temporal de distancia, dirección forma, volumen, duración y ritmo.
La orientación favorece el determinar y modificar la posición y los movimientos del cuerpo en el espacio y en el tiempo en relación a un campo de acción corporal definido y un objeto o persona en movimiento.
Como unidad de medida para la orientación se puede considerar a la dirección y a la duración.
Su punto más importante radica en los cambios de posición que se producen sobre los ejes transversal, longitudinal y sagital del cuerpo; así como la posición y movimiento de la cabeza porque los analizadores vestibular y visual proporcionar informaciones importantes para la conducción de movimientos.
El espacio no lo percibimos solamente por nuestros desplazamientos, sino que constituye parte de nuestro pensamiento, por lo que es representativo y simbólico.
El niño entre 3 y 8 años va perfilando en cuerpo y mente, la organización de sus relaciones con él mismo, las personas y los objetos, dando especial importancia a las nociones de orientación: derecha-izquierda, arriba-abajo, adelante-atrás, dentro-fuera, alto-bajo, etc.
El educador físico debe dar importancia al descubrimiento del predominio lateral del niño mediante actividades no usuales que den posibilidades al niño de manifestar espontáneamente su predominio motor.
El establecimiento de la dominancia de un hemisferio cerebral sobre otro, determina la facilidad de utilización de uno de los lados del cuerpo y está determinado por el proceso de maduración nerviosa. Generalmente todo está hecho para diestros, pero el profesor deberá influir para contrarrestar eso, respetando siempre la lateralidad natural del alumno.
Identificar el predominio motor constituye un elemento básico de la orientación espacial, ya que es la referencia que facilita al niño la discriminación derecha-izquierda propia y de los elementos que lo rodean.
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