El conocimiento del cuerpo se refiere a aceptarlo, estimularlo y utilizarlo como medio para lograr su identidad integral y realizar sus acciones con seguridad y confianza hacia sí mismo y hacia los demás.
Esta conciencia de sí mismo, desde el punto de vista afectivo, se va desarrollando a través de un proceso global y continuo que se puede marcar en etapas cronológicas establecidas por su desarrollo y por la influencia del medio social que lo rodea.
Debido a los constantes cambios que el crecimiento cada seis meses resulta necesario orientar al niño a que reconozca su cuerpo y sus funciones. La postura, la respiración, el equilibrio y la relajación son acciones que se automatiza por ello, corresponde al profesor propiciar que tales automatismos sean adaptados a las nuevas proporciones corporales e interactúen en forma favorable en las experiencias motrices.
La interrelación que existe entre estos automatismos y su influencia en el movimiento se debe resaltar constantemente.
El identificar y conocer los procesos que se dan en el niño al mantener su equilibrio, respirar y controlar sus cambios de posición corporal con esfuerzos musculares adecuados, permitirá al profesor proporcionar y dosificar los ejercicios y actividades con oportunidad.
|