La respiración es un automatismo adquirido desde los primeros segundos de vida. El proceso respiratorio está estrechamente vinculado a la percepción del propio cuerpo con el trabajo que a nivel del tórax y del abdomen realiza el músculo diafragmático, así como con la atención interiorizada que controla tanto la resistencia muscular general, como el relajamiento segmentario en los momentos en que las necesidades de oxígeno en el organismo están cubiertas. Es la base esencial del ritmo biológico del individuo, estableciéndose en este sentido una correspondencia rítmica con el exterior.
Para lograr ejercer un control respiratorio se requiere de la atención, ya que aunque es un acto automático está sometido, en parte, a la voluntad. En diversas situaciones, la respiración se modifica. Así, debe propiciar su aprovechamiento en el trabajo de resistencia en las fases de ejecución de movimientos. En todas las grandes manifestaciones emocionales se presenta una respiración entrecortada, por efecto de una falta de oxigenación apropiada, en estos casos el profesor debe orientar al niño a que controle su respiración para obtener una actitud relajada.
La práctica respiratorio sistemática debe orientarse hacia el fortalecimiento del músculo diafragmático y hacia el aumento de la capacidad pulmonar. El alumno debe conocer las partes del cuerpo que intervienen en la respiración así como los cambios biológicos que sufren éstos cuando son estimulados correctamente, para ello se necesita que no exista congestión.
El profesor debe considerar que el tejido pulmonar antes de los siete años no alcanza su desarrollo completo. El niño respira más a nivel del tórax y con mayor frecuencia que el adulto.
El organismo en crecimiento requiere un suministro elevado de oxígeno a los tejidos, por ello se resalta la importancia de los ejercicios físicos de respiración al aire libre.
Los vasos sanguíneos de los niños, son más anchos que en los adultos y la sangre oxigenada fluye por ellos con mayor libertad. También la regulación nerviosa en el corazón es imperfecta, el ritmo de sus contracciones se altera con facilidad; por ello el profesor debe cambiar constantemente de actividad, para que el corazón se recupere. Conforme avanza la edad, las pulsaciones disminuyen.
Es necesario que el profesor, después de un ejercicio intenso, procure dar pausas de 30 segundos a 1 minuto que permitan la recuperación al alumno.
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